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La IA está tan integrada en negocios modernos, que el 78 % de las organizaciones ya la usan al menos en una función. El contenido es ahora líquido (fluyendo rápidamente entre diferentes canales) y cuenta con el impresionante poder de la IA. Sin embargo, sigue dependiendo de un enfoque que prioriza el lado humano. Estamos entrando en la próxima revolución de las comunicaciones en las comunicaciones del sector del automóvil, en la que la reducción del tiempo de hasta un 75 % deja de poner el foco en el coste y lo dirige a la eficiencia, ya que la IA reduce significativamente el coste de los servicios, mientras que las organizaciones evitan perder clientes.
El futuro pasa por la combinación de la IA con las emociones humanas. La automatización agiliza la creación, la entrega de resultados y el análisis, pero el reto consiste en conservar las emociones, mientras que se aprovecha la eficiencia de las máquinas. Las primeras olas de productos digitales masivos daban prioridad al volumen por encima del toque artesanal. En la actualidad, el éxito necesita que se confíe en la escalabilidad, no solo en el volumen de escalabilidad. La IA debe entender el contexto y el público al que se dirige. Y las personas son las que deben humanizar la tecnología, seleccionar el producto que genere y garantizar que encaja en la arquitectura y el estilo de la marca. Las empresas de mayor éxito combinarán sistemas inteligentes con principios exclusivos de sus marcas y, como resultado, crearán, auditarán, aplicarán y adaptarán contenido con precisión.
La IA amplifica la creatividad humana. Y ya no es opcional, sino una infraestructura. Los retos del futuro girarán en torno a la claridad, la capacidad y la creatividad, mientras que las posibilidades que se abren son las de redefinir completamente las comunicaciones. La aprobación editorial por parte de personas sigue siendo imprescindible, al igual que el cumplimiento de la privacidad y las normativas, como la de la ley sobre la IA de la UE, y la necesidad de una política clara a nivel de la organización. La automatización no es original en sí, así que las personas siguen siendo lo que marque la diferencia.
En un mundo en el que lo importante es la inmediatez, y la velocidad de contenido sigue acelerándose, las organizaciones deben seguir pendientes del riesgo para su reputación y deben ser conscientes de lo difícil que es volver a ganar la confianza en su marca. La tecnología no sustituirá los conocimientos humanos. Los eleva.
Imprimatur ahora va a dar un paso agigantado con el lanzamiento de la primera herramienta de traducción automática generada por IA para el sector de la automoción.